No menos importante, aunque sí
mucho más modificada su estructura en general –donde posiblemente, la acción de
desgaste del tiempo, haya sido menos efectiva que el salvajismo implícito de
los hombres-, otro de los venerables templos de Segovia capital, es aquél
dedicado a la figura del Salvador. Una figura advocativa que, como ya se ha
señalado en alguna ocasión, se enmarcaba dentro de lo que más de un autor ha
consentido en denominar ruta de los Salvadores. Situada a escasos cien metros
de otro de los grandes templos capitalinos, el de los Santos Justo y Pastor –en
cuyo interior, no sólo se localiza un magnífico Pantocrátor en las pinturas de su ábside, sino que también se
custodia una magnífica talla románica, conocida como el Cristo de los Gascones- esta iglesia del Salvador ha visto muy
modificada su primitiva planta románica, con añadidos –posiblemente realizados
en los siglos XVII ó XVIII- que apenas dejan vislumbrar el hermoso templo que
tuvo que ser un día. Conserva, no obstante, de esa fábrica que bien se podría
fechar a mediados del siglo XII, o quizás anterior, parte de la torre y parte,
así mismo, de la galería porticada. Una galería porticada, en cuyos elementos
ornamentales –muy dañados, sobre todo en lo referido a los capiteles-, se
vislumbran interesantes elementos, que recuerdan, por su temática, diseño y
características, las huellas de los talleres que se fueron diseminando por los
pueblos de las cercanías, siendo uno de los ejemplos más relevantes, quizás, el
templo de Sotosalbos.
Dañados en mayor o en menor
medida y aparte de algún motivo foliáceo y las arpías de largo cuello,
posiblemente basadas en motivos silenses,
los capiteles parecen mostrar una posible matanza de inocentes, el viaje y
posterior adoración de los magos, temática recurrente, así mismo, del templo de
San Lorenzo que tuvimos ocasión de ver en una entrada anterior. Más acordes con
los motivos de templos como el ya mencionado de Sotosalbos, o el de Perorrubio
e incluso el de Duratón y el románico sepulvedano, las metopas muestran
temáticas variadas y conocidas: escenas de caza, polisqueles célticos, nudos crucíferos, incluida un tipo de cruz,
muy abundante, por ejemplo, en el románico gallego, conocida en algunas fuentes
como Cruz de Carlomagno.
De la torre, apenas conserva originales los primeros tramos, con arcos ciegos, cuyos capiteles muestran leones afrontados y motivos foliáceos, siendo el tramo superior de factura moderna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario