domingo, 30 de diciembre de 2007

Segovia: iglesia románica de San Martín


Situada en la Plaza de Juan Bravo, en lo que puede perfectamente denominarse como el corazón comercial y turístico de la ciudad, rodeada de palacios de origen renacentista -justo enfrente, y en el interior de uno de ellos, Caja Segovia patrocina la exposición del Belén Monumental Egipcio- la iglesia de San Martín ofrece cumplido testimonio del más puro y antiguo arte románico segoviano, cuyas raíces se remontan a la población soriana de San Esteban de Gormaz, y el modelo de la iglesia de San Miguel, considerada, por añadidura, de las más antiguas de la Península.
El núcleo primigenio, de carácter prerrománico, está formado por un cuadrado de tres naves y tres tramos, ampliándose ya en época románica, aproximadamente , en el siglo XII. Fue en este período, cuando, al parecer, se añadieron el resto de estructuras: el crucero, con cimborrios y ladrillo; la cabecera y la torre. Ésta última, tuvo que ser reformada en el año 1362. Con referencia a su estructura, se puede añadir que está constituida por tres cuerpos de ladrillo, de los cuales los inferiores tienen vanos dobles de medio punto y el tercero, posterior, está cubierto con chapitel barroco.
El acceso al templo está constituído por dos puertas, siendo la que se abre a sus pies de gran expresividad y belleza, no encontrando los historiadores inconveniente alguno en considerarla como 'una de las portadas más grandes del románico castellano'. Está compuesta por seis arquivoltas, que combinan formas lisas y aboceladas, en las que se puede apreciar una profusión floral de notable belleza.
Continuando con la descripción del templo, y como curiosidad, añadir que la iglesia de San Martín es el único ejemplo segoviano -al menos conservado- que dispone de una galería porticada que rodea completamente la iglesia, a excepción de la cabecera. Dicha galería, es un añadido de construcción posterior, cuyo origen hay que buscarlo bien entrado el siglo XIII, siendo su tramo meridional el más espectacular. Compuesto por trece arcos que se levantan sobre columnas dobles, son dignas de reseñar las tallas, realizadas con motivos de fino entrelazado, entre las que cabe destacar, especialmente, los siguientes: arpías con túnicas, aves y animales fabulosos.
El tramo septentrional está cegado, aunque no por ello las imágenes grabadas en sus capiteles dejan de tener interés, mostrando un auténtico repertorio de escenas neotestamentarias, notablemente descriptivas. Aún bastante atacadas por el tiempo y la erosión, se pueden reconocer, entre otras, escenas relativas al ciclo de la Natividad y de la Pasión.
Digna de mención, también, es la gran entrada principal del pórtico, que consta de cuatro grandes arquivoltas, bellamente decoradas con entrelazados geométricos y círculos secantes. La segunda y la cuarta arquivolta, se apoyan sobre sendos pares de pilares rematados por capiteles, convirtiéndose estos, por debajo, en cuatro figuras humanas de gran tamaño, que representan a personajes del Antiguo Testamento.
En éstas figuras, cabe resaltar el hecho de que están realizadas con gran hieratismo, cuerpo esbelto, así como con un excelente tratamiento en el plegado de las vestimentas; detalles que, por otra parte, las vinculan, tradicionalmente, con las esculturas de la catedral de Chartres y la iglesia de Santa María la Real, de Sangüesa.
Para finalizar, y como dato anecdótico, reseñar que en el interior del templo se pueden contemplar dos espléndidas tallas que representan a la Virgen del Racimo (1) y a la Inmaculada, respectivamente, siendo ésta última -datada en el año de 1629- obra del escultor segoviano Felipe Aragón.
(1) El simbolismo asociado a la Virgen del Racimo es curioso y variado, y daría margen, sin duda, a un extenso artículo. Como reseña para aquellas personas interesadas en profundizar más en el tema, añadiré que entre dicho simbolismo se considera el tema del sacrificio en el Calvario, el sacrificio que se consuma en el altar. En ocasiones, también hace alusión a la virginidad de María. Y como dato curioso, resaltar el hecho de que algunos investigadores atribuyen a la maledicencia del artista en cuestión, el detalle de que en ocasiones el racimo se sustituye por una piña.


2 comentarios:

ABRAHAM LÓPEZ MORENO dijo...

Estimado compañero, ante todo felicidades por tu blog, y como veo que sientes interés por el patrimonio monumental y ruinas, te invito a que pases por los míos:
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Un cordial saludo.
Abraham López

juancar347 dijo...

Hola Abraham, te agradezco el comentario. Lo cierto es que tienes unos blogs muy interesantes, con fotografías espectaculares por las que yo también debo felicitarte. Conocía tu blog panorámica cazorlense; de hecho tengo un enlace en mi blog dedicado a Soria. No dudes de que visitaré tus blogs con asiduidad. Un saludo